Cuando divagas en las sombras
el silencio clama por una amistad,
de esas veces pocas
sabes que va a pasar,
centenares de vistas
que sólo dicen la realidad.
Sal de ahí y ven al aire,
a ese tibio despertar
donde todos cobijan sus sueños
en alegría
y en falsedad.
¿Hasta cuando dices que importa?,
acompáñame a bailar,
con aquellos de risa mueca,
de esos que viven
y disfrutan la soledad.
¿Qué no ves lo que yo veo?
Sólo estás solo
hay nada malo en mi mirar,
¿Cuantas veces has oído,
la gente no comparte mi pesar?
No estoy triste, no,
sólo cavilo,
dando vueltas fantasías
que parecen un corto cesar.
Si sé lo que piensas
y es verdad una cosa,
el abuso exagerado
lleva cargas dolorosas.
Sólo estás solo y nada más
ya pronto saldré a disfrutar
ironías de cerveza,
con buenos amigos
con gente que me quiere
con gente de verdad.
Diego C.V., Del Toconao del alma, Santiago, 2009
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